Este artículo fue recientemente publicado en el número 35 - enero de 2012- de Asocia, la revista de la Asociación de Antiguos Alumnos del Centro de Estudios Garrigues donde han tenido la amabilidad de invitarme a colaborar.
Una de las principales nociones que tenemos del sistema actual es que vivimos en un mercado libre. En este mercado, tanto empresas como familias, llegan a un acuerdo para determinar los precios de los bienes o servicios que uno desea prestar para satisfacer las necesidades del otro. Por ejemplo, si un empresario hostelero quiere cobrar cincuenta euros por un café, serán pocos -o ninguno- los que vayan a consumir a su cafetería y acabará en bancarrota. Por el contrario, si el cliente desea pagar diez céntimos por un café, el empresario no estará dispuesto a servírselo porque con ello tampoco podrá mantener su negocio, por mucha gente que vaya. Entre ambas partes deberán llegar a un equilibrio en el que ambos estén satisfechos por el intercambio de café por euros.
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